Por Agroempresario.com
La carne volvió a ser protagonista en las últimas semanas con un aumento en los precios que, según los especialistas, estaba previsto para fines de febrero, pero que llegó con anticipación debido a la reducción en la oferta de hacienda. En el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), la caída en la disponibilidad de ganado se ha registrado en al menos un 15%, lo que ha llevado a un ajuste en los precios que ya se ha trasladado al consumidor. Este incremento, que oscila entre un 5% y un 7%, se traduce en un aumento de entre 1.000 y 1.200 pesos por corte, lo que está comenzando a reflejarse en las góndolas.
Una caída anticipada en la oferta de hacienda
La escasez de ganado, que afecta a la industria cárnica argentina, es el principal factor que ha disparado este aumento. El fenómeno se ha producido a raíz de varios factores, entre ellos la sequía de los últimos años, la baja de la oferta interna y el efecto de la liquidación de stock de 2024. Si bien este escenario ya se esperaba para finales de febrero, los especialistas del sector aseguran que los efectos de la caída de la oferta se han adelantado. A esto se suma la tracción de la exportación, que sigue sin restricciones, y el consumo interno que muestra señales de firmeza.
Víctor Tonelli, consultor ganadero, explicó que la oferta de carne se reducirá un 6-7% en comparación con 2024, lo que equivale a unas 200.000 toneladas menos a lo largo del año. “Este es un efecto directo de la baja de la oferta. La faena de enero estará al menos un 5% por debajo de la del mismo mes en 2024, con una fuerte caída en la faena de vacas y novillos", apuntó Tonelli, quien anticipó que esta reducción se mantendrá durante los próximos trimestres.
Impacto en los precios del ganado
En las últimas semanas, los precios de los novillitos, uno de los cortes más demandados, han experimentado un repunte significativo. Este miércoles, por primera vez en 2025, se pagaron más de 3.000 pesos el kilo por novillitos, una cifra que no se había registrado hasta el momento. Según los datos del MAG, los novillitos de hasta 290 kilos se vendieron entre 1.640 y 3.040 pesos, con un promedio de 2.776,80 pesos el kilo, marcando un aumento respecto de los 2.600 pesos que se pagaban hace apenas una semana. Por su parte, las vaquillonas especiales de hasta 390 kilos también registraron un aumento, alcanzando precios entre 1.800 y 3.000 pesos, con un promedio de 2.717,68 pesos.
Tonelli explicó que la suba se debe a tres factores clave: el fortalecimiento de la demanda, la baja de la oferta y los precios que todavía estaban atrasados en comparación con otros productos alternativos. Esta reducción en la oferta y el aumento en los precios están siendo impulsados por el clima, que ha sido desfavorable para el ganado, sumado a la liquidación de stock de 2024 y el aumento en la demanda externa de carne.
La demanda y la oferta en el mercado interno
El aumento de precios se ve reflejado no solo en los mercados de exportación, sino también en el consumo interno. Las proyecciones indican que este aumento se trasladará de manera directa al precio de la carne en el mostrador, con incrementos que se traducen en entre 1.000 y 1.200 pesos por corte, dependiendo de la categoría. Según Sergio Padece, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), los comercios comenzarán a ajustar los precios durante esta semana o a más tardar el próximo fin de semana. “El aumento será de entre un 5 y 7%, con subas de hasta 1.200 pesos por corte”, afirmó Padece.
Este incremento ya se ha reflejado en algunos puntos de venta. Por ejemplo, en los cortes más populares como el kilo de nalga, que pasó a costar 11.250 pesos; el de peceto, que se vende a 14.499 pesos; la cuadrada, a 9.999 pesos; y la bola de lomo, a 9.270 pesos. Para los cortes destinados a guisos y estofados, la paleta se cotiza a 7.999 pesos por kilo, mientras que el roast beef se vende a 7.750 pesos. Otros cortes, como el cuadril, llegan a los 10.700 pesos y la colita de cuadril, a 13.999 pesos.
Factores que influyen en la subida de precios
Juan Pedro Colombo, de la consignataria Colombo y Magliano, coincidió con Tonelli en que la escasez de ganado se esperaba para el mes de febrero, pero la caída se adelantó. "Los feedlots han sufrido un gran vaciamiento en los últimos tiempos y la sequía ha generado una falta de hacienda gorda de campo", explicó Colombo. Según el especialista, la situación comenzó a gestarse a fines de 2024, cuando se produjo una sobreoferta de ganado que llevó a la liquidación de hacienda más temprano de lo esperado. La escasez de ganado se ha ido consolidando en las últimas semanas, lo que ha generado un aumento de los precios.
“Este tipo de subas suelen darse en febrero o marzo, cuando el grueso de los consumidores, que representa entre el 20% y 30% del mercado, regresa de las vacaciones y la presión sobre la demanda se incrementa”, agregó Colombo. A medida que la oferta continúa reduciéndose, y con los campos esperando una posible recuperación de pasto, la situación en los próximos meses podría seguir empujando los precios hacia arriba.
Perspectivas a futuro
Los expertos coinciden en que la tendencia alcista de los precios de la carne se mantendrá por lo menos durante los próximos dos o tres trimestres. “Mientras los campos se recuperen y la oferta continúe limitada, los precios seguirán ajustándose al alza”, indicó Tonelli. A su vez, destacó que el mercado interno ha mostrado señales de firmeza, lo que, junto a la recuperación de los márgenes de rentabilidad en la exportación, fortalecerá la demanda tanto en el ámbito local como internacional.
Por último, los analistas prevén que la oferta de carne será aún más escasa si se confirman las lluvias para los próximos meses, lo que provocaría una nueva caída en la cantidad de ganado disponible para faena.
