Por Agroempresario.com

Imaginemos a alguien en una fiesta, escuchando música y charlando. De una conversación casual surge una idea vaga sobre un hongo que podría convertirse en comida. Al día siguiente, esa idea se convierte en un proyecto revolucionario que un día llega a la NASA. Este es el resumen de la increíble trayectoria de Horacio Acerbo, fundador de Eternal.

El nacimiento de Eternal

"Mi idea original era descentralizar la fabricación de proteínas, para que cada persona pudiera tener una máquina en casa para producirla", explica Acerbo. Su obsesión era asegurar que ningún niño careciera de proteínas durante sus primeros 1.000 días de vida, cruciales para su desarrollo. Acerbo, un sociólogo, artista plástico y emprendedor tecnológico, buscaba una solución sostenible y duradera para este problema.

En 2017, Acerbo llevó su proyecto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), donde adquirió el hongo Fusarium venenatum y comenzó a trabajar con su primer biorreactor. Durante los primeros dos años, financió los sueldos y costos de la empresa con ganancias obtenidas "tradeando".

Crecimiento y expansión

El siguiente paso fue formar una empresa más estructurada, centrada en el proyecto, y así nació Eternal. La firma ahora tiene oficinas comerciales en San Francisco y Londres, un laboratorio de investigación en Buenos Aires, y centros de investigación en Málaga y Cabo Cañaveral.

Eternal desarrolla micoalimentos, ingredientes 100% libres de animales, elaborados a partir de biomasa de Fusarium venenatum. Este hongo está aprobado para consumo humano por la FDA y la EFSA. Utilizando inteligencia artificial y robótica, optimizan el proceso de producción para crear réplicas de alimentos como quesos, hamburguesas, pescado, pechugas de pollo, batidos, bebidas y helados.

La producción de un kilo de micoalimentos reduce las emisiones de dióxido de carbono en un 94% comparado con la producción de carne vacuna, y un 70% en el caso del pollo. También reduce significativamente el coste de los medios de cultivo, el consumo de energía y de agua.

Un prototipo para el espacio

El prototipo de Eternal es del tamaño de un electrodoméstico, diseñado para uso doméstico y en naves espaciales. Eternal es uno de los cuatro finalistas de la fase tres del Deep Space Food Challenge, un concurso de la NASA para encontrar nuevas propuestas alimentarias para misiones espaciales.

Acerbo relata que, mientras trabajaba en el proyecto, un amigo le llevó a Cabo Cañaveral, donde su máquina podría instalarse dentro de la Estación Espacial Internacional. Los hongos son ideales para la exploración espacial debido a su rápido crecimiento.

Eternal también es finalista del concurso XPRIZE Feed the Next Billion y competirá en Abu Dabi con réplicas de pechugas de pollo elaboradas con biomasa. Acerbo señala que esperaba que compañías como Samsung o LG se interesaran en comercializar su máquina, pero en su lugar, grandes empresas alimenticias como Danone y Tyson Foods comenzaron a contactarlo.

Acerbo concluye: "La cadena de distribución de alimentos a nivel mundial no es sostenible, pero la biología sintética nos permite resolver ese problema. Podemos hacer con los microorganismos, hongos y bacterias lo que en su momento hicimos con las vacas". Ahora, su proyecto está en camino de ser proveedor de la NASA, una muestra del impresionante rumbo que ha tomado su innovación.