Por Agroempresario.com
En respuesta a las crecientes preocupaciones por el cambio climático y la urbanización intensiva, los techos verdes y los jardines verticales se han destacado como soluciones innovadoras para mitigar los efectos adversos del desarrollo urbano. Estas tecnologías no solo embellecen el entorno urbano, sino que también desempeñan un papel crucial en la reducción de las temperaturas locales y la gestión sostenible del agua de lluvia. En Europa, se instalan anualmente alrededor de 13 millones de metros cuadrados de techos verdes, generando un mercado valorado en aproximadamente €1000 millones. En China, esta cifra alcanza entre tres y cuatro millones de metros cuadrados por año, reflejando una adopción significativa impulsada por programas gubernamentales y colaboraciones industriales.
En contraste, Brasil ha experimentado un desarrollo más gradual en este campo, con entre 50,000 y 60,000 metros cuadrados de techos verdes instalados anualmente. Aunque algunas ciudades han adoptado incentivos para promover estas tecnologías desde principios de la década de 2000, las acciones siguen siendo dispersas y no coordinadas a nivel nacional. Esta fragmentación obstaculiza el potencial completo de los techos verdes y los jardines verticales para mitigar las inundaciones urbanas, reducir las islas de calor y fomentar entornos más sostenibles y resilientes.
La instalación de techos verdes no solo ofrece beneficios ambientales significativos, como la absorción de agua de lluvia y la reducción de la temperatura ambiente hasta en 17°C en áreas urbanas, sino que también conlleva beneficios económicos y sociales. La reducción del consumo de energía, con reportes de hasta un 6% menos en las facturas de electricidad, y la mejora en la calidad del aire son aspectos destacados que promueven su adopción. Además, en Brasil, se están explorando innovaciones como las tejas hidropónicas, que podrían facilitar la expansión de estos sistemas al ofrecer una alternativa accesible y de fácil instalación en regiones urbanas densamente pobladas como São Paulo y Río de Janeiro.
A medida que el interés y la conciencia sobre los techos verdes y los jardines verticales continúan creciendo, se espera que la coordinación entre los sectores público y privado en Brasil se fortalezca. Esto podría conducir a un aumento en la adopción de estas tecnologías, transformando no solo la estética urbana sino también fortaleciendo la resiliencia de las ciudades frente a los desafíos climáticos y ambientales del siglo XXI.
