Por Agroempresario.com
Escondido en plena zona residencial de Olivos, sobre la calle Juan Bautista Alberdi 1865, este pintoresco restaurante es un verdadero secreto a voces al que se suele llegar por recomendación del boca a boca. Situado dentro de una histórica casona de la Sociedad Alemana de Gimnasia (SAG), también conocido como “Club NDT”, el lugar se ha convertido en un punto de encuentro para quienes buscan disfrutar de la cultura alemana en un ambiente familiar.
Los cuatro amigos emprendedores —Stanko, Mariano Aragón, Walter Bonnet y Germán Robasto— asumieron la concesión gastronómica del club en 2022, con la misión de renovarlo sin perder su esencia. “Queríamos que continuara siendo bien familiar y que se sientan a gusto de todas las edades”, relata Stanko. La ambientación del lugar ha sido enriquecida con cuadros y fotografías temáticas de Alemania, al mismo tiempo que se ha trabajado en la propuesta gastronómica.
Con la asesoría de una amiga experta en el rubro, el grupo se adentró en la búsqueda de recetas auténticas alemanas, incluyendo platillos menos comunes en otros restaurantes. “Nos trajo un libro antiguo de cocina de su bisabuela y nos tradujo todas las recetas del alemán al español”, comenta Stanko, quien asegura que las recetas fueron influenciadas por las tradiciones culinarias de los clientes habituales.
La próxima gran cita es el Oktoberfest, que se celebrará el 26 de octubre. “Estamos ultimando todos los detalles para el Oktoberfest. Habrá música en vivo, cerveza y variedad de comidas típicas”, asegura Stanko. La escenografía, diseñada por el artista Francisco Inchausti, invita a los comensales a sentirse como si estuvieran en Múnich. El evento es un clásico del barrio, y se espera que los habitués acudan con ansias a disfrutar de la fiesta.
Entre las delicias que se podrán degustar, se encuentran el goulash, el currywurst y el Eisbein, así como una generosa tabla de fiambres. “El goulash con spaetzle tiene una versión vegetariana a base de hongos y champiñones. Con los consejos de los habitués fuimos perfeccionando la receta”, explica Stanko, quien se enorgullece de que los clientes a menudo regresen con recuerdos de sus viajes a Alemania, deseosos de revivir esos sabores.
A pesar de que la comida es abundante, no puede faltar un espacio para el postre. “El Apfelstrudel es el preferido, acompañado con una bocha de helado de crema americana”, destaca. La invitación está hecha: el 26 de octubre, el Club Alemán de Olivos se transformará en un rincón de Baviera, lleno de alegría, buena comida y, por supuesto, mucha cerveza.
Este artículo se basa en información de La Nación, que captura la esencia del Oktoberfest y la propuesta gastronómica del Club Alemán de Olivos.
