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Por Agroempresario.com
Los espejos de agua de Puerto Madero amanecieron repletos de peces en los últimos días, generando sorpresa entre vecinos y turistas. No se trata de pequeñas mojarras, sino de ejemplares de unos 25 centímetros de largo, de color plateado y lomo oscuro, que se acumulan y saltan bajo los puentes de la zona.
Según especialistas, este fenómeno estaría relacionado con la combinación de temperaturas elevadas, lluvias recientes y la presencia de residuos de origen alimentario en los diques, lo que habría atraído a los cardúmenes desde la Reserva Ecológica e incluso desde el Río de la Plata.
A lo largo de los casi cuatro kilómetros de diques en Puerto Madero, la presencia de peces ha sido constante, pero el mayor impacto visual se dio en la zona del Puente de la Mujer. Allí, decenas de ejemplares nadaban cerca de los pilotes, generando asombro entre los transeúntes.
“Siempre pensé que en estas aguas no nadaba nada, pero probablemente vinieron por el calor”, comentó Cynthia Mayol, quien trabaja en la zona hace una década.
A pesar de lo llamativo del fenómeno, también ha generado preocupación. Vecinos y organizaciones barriales han advertido sobre la gran cantidad de basura flotando en el agua, lo que podría afectar la calidad del hábitat de estos peces y la salubridad del área.
Desde la Junta Vecinal de Puerto Madero vienen denunciando problemas en la limpieza de los diques, lo que podría estar contribuyendo a la acumulación de materia orgánica que atrae a los peces.
Por su parte, fuentes del gobierno porteño señalaron que la jurisdicción de estos espejos de agua corresponde a la Prefectura Naval Argentina. Consultados por Agroempresario, biólogos de la Prefectura afirmaron que no se trata de un fenómeno inusual y que suele ocurrir en épocas de calor extremo.
“Cuando ingresan aguas con poco oxígeno, como las provenientes del Riachuelo, es común que los peces busquen refugio en otras áreas”, explicaron.
Si bien la presencia de peces en los diques de Puerto Madero ha generado sorpresa y curiosidad, también pone en evidencia la necesidad de mejorar el mantenimiento de estos cuerpos de agua para garantizar un equilibrio ecológico adecuado.
